Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música.
Silvestre Sánchez es uno de los pocos Leguthier que quedan en el mundo. Es uno de los pocos que construye el instrumento musical llamado Rabel:
Número de serie: 0172.jpg Nombre: SONAJAS Clasificación: Idiófonos. Sacudidos Descripción: 2 filas de sonajas Procedencia: Castilla y León. Avila Constructor: Materiales: Madera y latón Medidas: 31 x 15 x 2 cms. Colección: Colección Manuel García Matos |
La zambomba es un instrumento de percusión, concretamente un tambor de fricción.
Se hacía con un recipiente desfondado (cántaro, barril, tinaja o lata) atando en uno de sus extremos una piel tensa que a su vez tenía una caña amarrada perpendicularmente en el centro.
Humedeciendo una mano y frotando la caña, el recipiente amplifica el sonido que genera la vibración de la piel produciendo un sonido grave y peculiar.
También, en tiempos de matanza, se hacían zambombas (más como juguete infantil que otra cosa) con la vejiga inflada de un cerdo y una caña, para dárselas a los niños y que jugaran. En otras ocasiones era un trozo de tripa de dicho animal.
Carraca: Idiófono percutido. Este instrumento consta de una rueda dentada unida a un eje que sirve de asidero. Alrededor de dicho eje, gira libremente una pieza de madera que sujeta una lengüeta, la cual suena al entrar en contacto con los dientes de la rueda. Es un instrumento que cumplía una función religiosa, utilizándose en diversos oficios de Semana Santa. La Pandereta es un pequeño "tambor de mano" con cascabeles en el marco, cuyo número al igual que su tamaño puede variar. Este instrumento puede tocarse golpeando el cabezal o el marco de madera con los nudillos, el puño, las yemas de los dedos, las rodillas... también podemos agitarla en el aire o tocarla con el pulgar humedecido, deslizándolo a través de la piel de forma que rebota provocando que el parche y los cascabeles suenen. A este efecto se le conoce como el trino del pulgar. La pandereta puede tocarse también con palillos.
En Castilla y León se toca la dulzaina castellana, que se caracteriza porque suele tener llaves en los agujeros. Las llaves se añadieron a la dulzaina castellana a finales del siglo XIX. Inicialmente se añadieron dos llaves y posteriormente se añadieron más hasta que el constructor vallisoletano Angel Velasco estableció el modelo castellano moderno de ocho. Desde la Vieja Castilla, si el oído no me engaña, redoblando el Tamboril, viene tras la Dulzaina, que por Lorenzo Sancho está firmada y fechada. Es Dulzaina de pastor Los Palos con que ejecutan los paloteos y danzas. Carraca para tinieblas y para murgas, Carraca. La Pandereta se toca, como en casi toda España y a la hora de lavar, con piedra zurran la Tabla. En Cuéllar, por Navidades tocan Castañuelas planas: las hay grandes y pequeñas, como un "ocho" que se alarga. Si de la panza, el refrán, dice que sale la danza, de la cocina nos llega la música castellana: la de Almirez, es brillante; la del Mortero, apagada. Hay quien rasca la Botella o la Sartén con cuchara. Si en alegría se rompe un plato de loza blanca, con tres trozos se construyen Tejoletas segovianas. En Soria encontré un señor que me regaló esa Flauta: más bien es un caramillo de un sólo trozo de caña. Esa Dulzaina esculpida es de tierras pucelanas. Las Tejoletas oscuras y aquel trío - dos son largas y la otra más pequeña - también vallisoletanas. Soplando un Cántaro hacen el bajo, en zona de Ávila; el Triángulo pone el agudo entre Laúd y Guitarra. El Calderillo rebrinca cuando el pastor le restalla después de comer las Migas más allá de La Moraña. Para formar los rebaños el Busno romperá el alba y el Rabel, que desde siempre en Ávila se tocaba. En Cuaresma y en Palencia zurraban esa Matraca. Flauta de tres agujeros se escucha por Salamanca, de Ismael para Ismael, con las virolas de asta. También me hizo el Tambor y decorado con gracia. Diez tipos de Castañuelas repican por Salamanca y esa Zambomba de pluma para que no falte nada. En Burgos le llaman Pito a esa pequeña flauta que con el tambor va siempre que los Gigantillos danzan. Olmeda en su Cancionero de ese Rabel nos hablaba: que el Rabel para ser fino, de pino ha de ser su tabla. Zamora, tambor y pito, que así llaman a la flauta, como en tierras leonesas chiflo o chifla la apodaran. Tiene León el Tambor con parches por las dos caras, y ese Pandero cuadrado que en África ya tocaban. Únicos son los dos pares de Castañuelas talladas por mano de algún Maragato para alguna Maragata. Y otro par, que por su forma, maragato se declara. Y si digo Carajillo, no digo mala palabra, que de una partida nuez el pueblo música saca. |
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