Era primavera y una pareja de pequeños pajaritos buscaban un buen sitio para hacer un nido. Volando, llegaron a un monte donde estaban crucificando a un hombre, la pajarita le dijo a su pareja:
-No te da pena de ese hombre, mira que corona de espinas le han puesto, me da mucha pena mira como esa espina que tiene en la frente le hace mucho daño como brota su sangre. Voy a quitarle esa espina.
-Su pareja le contestó:
-Ya se que es triste la situación de ese hombre, pero yo te digo que es mejor que no vayas.
Pero la pajarita no le hizo caso e intento quitarle la espina, aunque empleaba toda su energía, pero su pequeño piquito le dificultaba el esfuerzo, al final consiguió quitarle la espina al hombre y regreso al lado de su compañero, este le dijo:
-Te has llenado el pecho de sangre.
-Ella preguntó muy preocupada:
-¿Y ahora qué hago?, ¿cómo limpio mi pecho?
Su compañero le respondió:
-Hay un río más abajo, allí podrás limpiarte las plumas.
En la orilla del río la pajarita se frotaba el pecho con sus alitas para quitarse la sangre pero cuanto más se daba, el pecho mas rojo se le ponía, la pajarita muy triste se quedo en la orilla sin saber que hacer. En esos momentos escuchó una voz que venia del cielo:
-No debe estas tristes por tus buenas acciones, tus actos son bellos a los ojos de Dios y
desde este momento serás conocido y te llamaran el petirrojo.
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