miércoles, 23 de abril de 2014

LAS LEYENDAS DEL ARCO IRIS





El arco iris es un fenómeno natural óptico, es decir se puede ver aunque no existe en realidad, ¿cómo es esto? Pues bien, no existe en ninguna parte del mundo un arco que tenga 7 colores, sino que se produce por la unión de dos elementos, una nube o cortina de agua y la luz de los rayos del sol, así que nunca sabemos dónde y cuándo va a aparecer. 

El arco iris se forma porque la luz del Sol se descompone al pasar por las gotitas de lluvia, por eso lo podemos ver en la niebla o en el agua de cascadas o cataratas y a veces hasta en las burbujas de jabón que haces en el patio de tu casa. 

Hay un arco iris primario, pero han personas que han logrado ver hasta 2 o 3 al mismo tiempo y algunos pilotos de avión en pleno vuelo, han llegado a ver hasta 5, ¿te imaginas que belleza? 

Otro dato curioso, es que cuando aparece un arco iris, aunque lo vean muchas personas, no están viendo el mismo, porque cada observador ve una franja de gotas de agua diferentes y si cambia de lugar, lo que va viendo son otros arco iris. También es importante que sepas que el arco iris que logras ver no está de frente, el sol está a tus espaldas y el reflejo que ves se proyecta al frente de tus ojos. 

Dos datos más, en arco iris es muy delgadito, ya que entre el rojo, que es el color del arco más grande y el violeta que es el del interior, solo hay 2 grados de diferencia y no tiene color negro, porque el negro es precisamente la ausencia de color y su contrario el blanco es el que origina todos los colores maravillosos de nuestro mundo y del Universo. 





El Arco Iris entre los Celtas 

Entre los celtas el Arco Iris era un símbolo mágico dispensador de tesoros y riquezas. Los leprechson o duendes zapateros eran los encargados de esconder bajo uno de sus extremos sus calderos de oro y monedas. Estos duendes guardaban celosamente este lugar y sólo el hombre valeroso, el héroe, aquel que superaba todas las pruebas que los duendes le ponían, podía llegar hasta el extremo del Arco Iris y obtener sus riquezas. 

El Arco Iris en Grecia 

Los griegos, buenos conocedores de la psicología humana, representaban a sus Dioses, los Poderes o Fuerzas de la Naturaleza antropomórficamente. Los humanizaban para hacerlos más asequibles, más comprensibles a los hombres. 

Así, en la Mitología griega, el Arco Iris es representado por la diosa Iris. 
Considerada como Diosa del Aire, abría las nubes y las iluminaba formando el Arco que lleva su nombre. 

Como amante de Céfiro tuvo a Eros. Iris se cubría con un ligero velo que, en sus rápidos desplazamientos, sólo resultaba visible a través de las gotas de lluvia iluminadas por el Sol. El velo mostraba con divina belleza toda la gama de colores y fue bautizado por los griegos como Arco Iris. 



No se sabía exactamente dónde empezaba, ni donde terminaba el velo transparente y de bellos colores de la Diosa , y según la leyenda, allí donde el Arco luminoso se encontraba con la tierra, había algo especialmente mágico, una enorme vasija repleta de monedas de oro, o un fantástico puente luminoso que permitía acceder al Mundo de los Dioses. 


El Arco Iris en el Tibet 

Para los tibetanos el Arco Iris es siempre un signo positivo. En muchas leyendas suele aparecer en el momento de la muerte de un lama, un yogui o un ser realizado espiritualmente, significando la importancia benéfica del evento. 

En Tibet se considera el Arco Iris auspiciador de buena suerte y aparece siempre en torno a hechos trascendentes. 

En la variada iconografía y pintura tibetana, se le representa en ocasiones alrededor de personajes cuyo talante benefactor se quiere resaltar, no como aureola o aura, sino como telón de fondo revelador de la positividad o buena influencia que rodea al representado. 

Se valora mucho su imagen positiva, porque su visión nunca deprime ni ocasiona nada negativo; por el contrario, proporciona un estado interior pleno de alegría, fuerza y entusiasmo. 

El Arco Iris se percibe, se ve, pero es imposible tocarlo, tal como sucede con lo real, según las concepciones del budismo tibetano. 

Entre los sherpas del Tibet existe una leyenda que habla de un Lama que alcanzó un alto grado de perfección. Cuando llegó la hora de su muerte física, su cuerpo se desintegró y se convirtió en Arco Iris. 


El Arco Iris en La Biblia 

La Biblia , recopilación de textos de gran riqueza simbólica, recoge la imagen del Arco Iris en varios de sus libros. El Génesis refiere con claridad el Arco que se tiende como puente y como rúbrica del pacto hecho entre Dios y los hombres: “Esta es la señal de la alianza que establezco por generaciones entre vosotros y Yo”. 




El Arco Iris en los Pueblos Indios 
Los indios norteamericanos tenían una concepción del mundo basada en un cuerpo de creencias espirituales estrechamente relacionadas con los ciclos de la tierra. 

Sus creencias religiosas situaban a los Espíritus como residentes en la Tierra , entre los elementos de la Naturaleza que la conforman. 

Para ellos el Arco Iris era un Espíritu benefactor. Su presencia, para las distintas culturas indias, era símbolo de cambio, de inicio de una nueva etapa favorable. Su aparición se interpretaba como una señal positiva, un buen augurio, portador de felicidad y vida. 

Existe una antigua profecía india que anuncia que cuando el planeta estuviera enfermo, en las puertas de su agonía, seres de todo el mundo se alzarían como “Guerreros del Arco Iris” para salvarlo. 


El Arco Iris en Los Pueblos Nórdicos 

Para los pueblos nórdicos el Arco Iris, el Bifrost, representaba también el enlace entre la Tierra , habitada por los enanos, los gigantes y otros seres del mundo inferior u oscuro, y la morada de los Seres Superiores, Elfos, Héroes y Dioses. 

Estos Dioses construyeron el Arco Iris como puente entre Asgard y Midgard y pusieron junto a él un guardián, Heimdall; éste montaba guardia permanente, especialmente contra los gigantes, enemigos de los Dioses. 

Bifrost significa “Camino Luminoso o Vibrante”, y los Dioses lo cruzaban a diario para llegar al pozo de Wyrd, donde se reunían para impartir justicia entre los hombres; así hacían todos los Dioses excepto Thor, que debía cruzar a pie, ya que el trueno y el relámpago que acompañan a su carro podrían altear el delicado equilibrio del Bifrost. 

Según la tradición también, era utilizado por las Walkyrias, vírgenes guerreras e hijas predilectas de Odín, para descender a la Tierra montadas en sus caballos alados, en dirección a los campos de batalla, de donde volvían de nuevo al Walhalla siguiendo la senda del Arco Iris, llevando con ellas el alma de los guerreros muertos con honor en la batallas. 




Leyenda


Érase una vez en que los colores del mundo comenzaron a reñir. Cada uno reclamaba que era el mejor, el más importante, el más útil y el favorito. 
El Verde dijo: claramente yo soy el más importante. Soy el signo de vida y de esperanza. Fui escogido para el pasto, los árboles y las hojas. Sin mí, todos los animales morirían. Miren el campo y verán que yo estoy en la mayoría. 
El Azul interrumpió: ustedes solo piensan de la tierra, pero consideren los cielos y el mar. Es el agua la base de la vida y es elevada por las nubes del mar profundo. El cielo da espacio, paz y serenidad, sin mi paz ustedes serían nada. 
El Amarillo se rió: ustedes son tan serios. Yo traigo risa, regocijo y calor al mundo. El sol, la luna y las estrellas son amarillas. Cada vez que mire un girasol el mundo entero empieza a reír. Sin mí no habría diversión. 
El Naranja empezó a tocar su trompeta: yo soy el color de la salud y la fortaleza. Puedo ser escaso, pero soy precioso porque sirvo las necesidades de la vida humana. Llevo las más importantes vitaminas. Piensen en las zanahorias, las calabazas, naranjas, mangos y papayas. Yo no ando rondando por ahí, sino cuando lleno el cielo a la salida y puesta del sol, mi belleza es tan notable que ninguno da otro pensamiento a ninguno de ustedes. 
El Rojo gritó: yo soy el regente de todos ustedes! Soy sangre, la sangre de la vida! Soy el color de la valentía, dispuesto a pelear por una causa. Traigo fuego en la sangre. Sin mí, la tierra estaría tan vacía como la luna. Soy el color de la pasión y del amor, la rosa roja, la poinsetia y la amapola. 
El Púrpura se levantó a su plena altura. Era muy alto y habló con gran pompa: soy el color de la realeza y del poder. Los reyes, jefes, y obispos me han escogido a mí, porque soy el signo de autoridad y sabiduría. La gente no me cuestiona, ellos escuchan y obedecen. 
Y así los colores fueron jactándose, cada uno convencido de su propia superioridad. Su riña se puso cada vez más ruidosa. Súbitamente hubo un relámpago de luz brillante, el trueno tronó y retumbó. La lluvia empezó a caer sin clemencia. Los colores se agacharon de miedo, acercándose los unos a los otros para confortarse. En medio del clamor, la lluvia empezó a hablar: ustedes tontos colores, peleándose, cada uno tratando de dominar al resto. ¿No saben que cada uno fue hecho con un propósito especial, único y diferente? Únanse de las manos y vengan conmigo. Los colores se unieron y unieron sus manos. La lluvia continuó: desde ahora en adelante, cuando llueva, cada uno de ustedes se estirará a través del cielo en un gran arco de color como un recordatorio de que pueden vivir en paz. 
El ARCO IRIS es un signo de esperanza para el mañana. Y así, siempre que una buena lluvia lava al mundo, y un arco iris aparece en el cielo, recordemos en apreciarnos los unos a los otros. 



El arco iris es uno de los espectáculos más bellos de la naturaleza





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