sábado, 23 de abril de 2011

OTRA SANTA DE CARDEÑOSA:

Venerable María Vela y Cueto
Venerable María Vela y CuetoNace en Cardeñosa el 5 de abril de 1561, hija de Diego Álvarez de Cueto y Ana de Aguirre, que normalmente vivían en Ávila, pero que, como su principal mayorazgo radicaba en Cardeñosa, pasaban largas temporadas en la Villa. Descendían de los Reyes de Navarra y del Gran Soberano de Cantabria.
Vivió en el convento de Santa Ana de la Orden del Glorioso Padre San Bernardo (Real Monasterio de Santa Ana). Este fue fundado en 1388 por D. Pedro de Ávila, Obispo de Ávila, y era visitado con cierta frecuencia por Isabel la Católica.
 A los 15 años enfermó, estando de visita en la iglesia de Sonsoles, de una “grave y repentina enfermedad”. Allí fue cuando Mª Vela oyó por primera vez la voz de Dios. La llevaron a Santa Ana con su hermana Dª Jerónima (esta murió  a los 27 años).
Era cantora y organista, y maestra de novicias. Entre sus virtudes se encontraban la oración, la infinita paciencia, el encontrar medios y maneras de mortificarse (ponía corchos en la cama, se flagelaba con cilicios, se ponía mordazas que la dañasen, se colocaba una soga al cuello, mandaba que le diesen bofetadas, etc). A veces “descansaba” la noche entera de rodillas. Hacía penitencia, abstinencia y ayuno con frecuencia. A veces “veía enfrente a Cristo, llagado y afligido como estuvo la noche de la Pasión” sin poder resistir las lágrimas ni probar bocado. Durante años “no podía dormir si había comulgado, pues la quedaba en la garganta un sabor de las especies sacramentales y tal presencia de Cristo que la tenía en Éxtasis”. Dios la hablaba, y tuvo muchas visiones de Cristo. Parece comprobado, según testimonios, que llegó a levitar. Se gano el calificativo de “Mujer Fuerte”, y escribió “El libro de las Mercedes” y “Autobiografía”.
Antes de su muerte el obispo de Ávila D. Francisco de Gamarra inició expediente de beatificación.
Habiendo pedido ella misma morir, cae enferma el 17 de septiembre de 1617 y muere el 24 de septiembre de ese año. Descansa el cuerpo incorrupto (excepto el pico de la nariz y la punta de un dedo meñique, que se lo quitó Gamarra para el expediente de beatificación) de Mª Vela en el convento de Santa Ana de Ávila, aunque sin señal alguna del lugar concreto.

1 comentario:

  1. "Pues la quedaba en la garganta un sabor de las especies sacramentales y tal presencia de Cristo que la tenía en Éxtasis” ¿y todo por comulgar? ¡¡¡Qué cosas le pasaban a la Santa!!!

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