Con la llegada del otoño la naturaleza se transforma, modifica su color y cambia su piel; las hojas caen poniendo, a nuestros pies, una mullida alfombra. Los aires refrescantes nos trasladan a estados de tranquilidad, paz y sosiego.
Por eso son muchas las personas que eligen esta estación para disfrutar del campo y vivir, en primera persona, este cambio.
Pasear, observar, estudiar, disfrutar del paisaje, o simplemente, respirar aire puro, son, por si solos, motivos más que suficientes para salir al campo en otoño pero, si quieres complementar tú salida al campo con otras actividades, una actividad grata, curiosa, original, entretenida y barata: LA RECOGIDA DE SETAS.
Hemos tenido un otoño seco, casi no ha llovido en septiembre ni en octubre y eso ha perjudicado a la aparición de setas. La época alta de este género es en septiembre y octubre, aunque algunas también pueden aparecer hacia mayo. Ahora se está acabando la temporada, las últimas desaparecen con las primeras bajadas de temperatura.
La micología nos recuerda que procedemos de grupos de cazadores recolectores, y recompensa nuestra paciencia y ojo acostumbrado. Ver en el bosque y, sobre todo, divisar setas, es un arte esquivo y que requiere experiencia.
Con respecto a la propia recogida de setas, hay que evitar dañar las especies no comestibles, recolectar sólo aquellas especies que conocemos a ciencia cierta, limpiar la seta antes de meterla en el cesto y ser cuidadosos al separarla de la turba otoñal en que se convierte el suelo del bosque cuando llegan las estaciones húmedas.
Existen infinidad de libros y guias que clasifican todo tipo de setas y hongos ,tanto comestibles como venenosos ,pero ante la duda ,no te la comas...
Los amores son como las setas, que no sabe uno si son venenosas hasta que ya las ha comido y es demasiado tarde.
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