miércoles, 31 de octubre de 2012

LA QUEIMADA


  

La queimada es uno de los muchos rituales que tienen que ver con el fuego, una tradición que se debate entre lo pagano y lo misterioso, una pócima mágica cuyo origen se pierde entre las sombras de noches ancestrales plagadas de meigallos y hechizos, de almas en pena, y de cuerpos arrebatados por rituales de meigas que sentados en la oscuridad y formando un círculo alrededor de la tartera de barro, buscan la purificación del cuerpo y la salvación del alma mientras revuelven el brebaje que espantará los malos espíritus y atraerá los buenos.
El ritual de la Queimada y su conjuro es uno de los pocos ritos que se mantiene a día de hoy, llevándose a cabo de forma natural en infinidad de reuniones sociales y celebraciones que tienen lugar en la comunidad gallega.


La tradicional queimada tiene, más que posiblemente, su origen en las ancestrales culturas castreñas. Los celtas dejaron su herencia cultural plasmada en los abundantes petroglifos que se encuentran a lo largo y ancho de la comunidad gallega.Son recurrentes los símbolos con forma de espiral, destacando EL TRISQUEL, figura con tres cabezas que dibuja una especie de cruz. han sido muchas las interpretaciones que los historiadores han dado a este símbolo, pero la más conocida es aquella que sostiene que el trisquel representa los tres elementos fundamentales en la vida del hombre: La tierra, el agua y el fuego.
El ritual de la queimada lleva también de forma intrínseca la fusión de estos tres elementos, en un ritual que no sería posible de no existir este componente mágico, heredado de nuestros antepasados celtas y transmitido a través de los tiempos.


LA TIERRA se simboliza mediante la tartera de barro, el agua se ve representado por el aguardiente que se agita y remueve fundiendose con la tierra mientras el fuego danza libre entre los elementos que conforman esta pócima mágica alumbrandonos, dándonos calor al cuerpo y purificando las almas.

Queimada gallega, receta y conjuro ::

Se vierte en el recipiente de la queimada el Aguardiente de Orujo de Galicia y el azúcar, en la proporción de 150 gramos por cada litro de aguardiente. Se incorporan las mondas de limón y de naranja y un puñado de granos de café.
Se remueve bien toda la mezcla y cuando esté bien mezclado se le prende fuego. 
Para ello colocaremos en el cazo de remover un poco de azucar y aguardiente acercando éste muy despacio al recipiente que contiene todos los ingredientes, hasta que el fuego contenido en el cazo pase de uno a otro. 
La queimada debe removerse hasta que el azucar se consuma y las llamas disminuyan considerablemente, lo que indica que el alcohol se ha evaporado en su mayor parte. Cuando esto ocurra dejamos apagar y servimos.

En castellano
Búhos, lechuzas, sapos y brujas;
Demonios, duendes y diablos;
espíritus de las vegas llenas de niebla,
cuervos, salamandras y hechiceras;
rabo erguido de gato negro
y todos los hechizos de las curanderas...
Podridos leños agujereados,
hogar de gusanos y alimañas,
fuego de la Santa Compaña,
mal de ojo, negros maleficios;
hedor de los muertos, truenos y rayos;
hocico de sátiro y pata de conejo;
ladrar de zorro, rabo de marta,
aullido de perro, pregonero de la muerte...
Pecadora lengua de mala mujer
casada con un hombre viejo;
Averno de Satán y Belcebú,
fuego de cadáveres ardientes,
fuegos fatuos de la noche de San Silvestre,
cuerpos mutilados de los indecentes,
y pedos de los infernales culos...
Rugir del mar embravecido,
presagio de naufragios,
vientre estéril de mujer soltera,
maullar de gatos en busca gatas en celo,
melena sucia de cabra mal parida
y cuernos retorcidos de castrón...
Con este cazo
elevaré las llamas de este fuego
similar al del Infierno
y las brujas quedarán purificadas
de todas sus maldades.
Algunas huirán
a caballo de sus escobas
para irse a sumergir
en el mar de Finisterre.
¡Escuchad! ¡Escuchad estos rugidos...!
Son las brujas que se están purificando
en estas llamas espirituales...
Y cuando este delicioso brebaje
baje por nuestras gargantas,
también todos nosotros quedaremos libres
de los males de nuestra alma
y de todo maleficio.
¡Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego!
a vosotros hago esta llamada:
si es verdad que tenéis más poder
que los humanos,
limpiad de maldades nuestra tierra
y hacer que aquí y ahora
los espíritus de los amigos ausentes
compartan con nosotros esta queimada.

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