miércoles, 21 de marzo de 2012

VIGENCIA DE LA LETRA H ( Por Ángel Sáez , febrero 2011)


Tras los continuos, y tal vez necesarios cambios introducidos en nuestro idioma, sobre todo en lo referente a la ortografía, por los señores Académicos de la Lengua (R.A.E.) muchos pensamos que tal vez la pervivencia de la H corra  peligro.
 


   Al ritmo que van las cosas
de cambios en nuestro léxico
no debería extrañarnos
que eminentes académicos
estén trabajando fuerte,
estrujándose los sesos
por mejorar nuestra lengua;
y en sus problemas concretos
piensen que a la letra h
hay que quitarla de en medio.
   Porque claro, se comenta
que si es un fonema muerto,
mudo y que no expresa nada
sólo hace...  que nos liemos.
   Pero enseguida notamos
que  de ella bien dependemos
para expresar con limpieza
muchos sustantivos, verbos,
adjetivos, conjunciones,
preposiciones y adverbios.
   Observemos de corrido
como cambian los conceptos
según tengan o no tengan
ese grafismo concreto;
verás ayas en las casas
que cuidan a los pequeños
mientras que si llevan h
forman tupidos  hayedos.
 Podrás escribir  ablando
sin esa  h en su comienzo
cuando quieres macerar
o ablandar  algo concreto,
pero si es del verbo  hablar
es con h  lo correcto.
   Cuando lías un paquete
puedes decir: yo ato esto,
sin esa letrita muda
que sobra en ese momento,
pero con h ese  hato
es de ovejas o  corderos.
   Los unos, sin esa letra
son números: los primeros,
pero con la h delante
son bárbaros extranjeros
que con Atila de jefe
muchas zonas destruyeron.
   Errar sin h es fallar,
es cometer un defecto;
con ella ya es otra cosa
y el herrador no hará yerros
al herrar caballerías:
burros, caballos o pencos.
   Aremos la viña ahora
solía decir mi abuelo,
refiriéndose al arar,
sin h, y con  buen tempero;
con ella y la tierra seca...
muy mala  labor haremos.
   En las labores de hilado
yo uso, sin h , y manejo
el huso, siempre con ella,
para un tejido perfecto.

   Hay que utilizar las letras
con cuidado y mucho tiento;
esto nos decía a menudo
un estimado  maestro
haciendo hincapié en la h
poniendo  hasta  como ejemplo:
con h es preposición,
pero sin ella  es...un cuerno.
A.     Sáez Hidalgo

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